Cuando estaba cursando por segunda vez el primero de primaria, no porque haya reprobado el curso, no, no lo hice, sino porque mis padres así lo decidieron, mi profesor citó a mi mamá para hablar de mi situación.

Aunque la primera vez cursé el primero de primaria había sacado promedio de casi 8, resulta que había faltado muchas veces a clases por un delicado problema de salud, y mis padres consideraron que no había aprovechado como correspondía el año escolar, por lo que al año siguiente decidieron inscribirme en otra escuela para cursar nuevamente el primer año.

Ya en esta nueva escuela, evidentemente no era un alumno ni malo ni bueno, solo promedio, pero a mi maestro le preocupaba mi desempeño y mi comportamiento en clase, así que citó a mi mamá para platicar con ella sobre el tema.

Recuerdo que mi mamá, el profesor y yo (el burro al último :), nos encontrábamos en el pasillo justo afuera del salón.

No recuerdo con detalle todo lo que le dijo a mi mamá, pero lo que sí se me quedó grabado fue cuando le dijo que yo era un niño…

pachorrudo

¿Pachorrudo?

¿Qué carajos es eso? ¿Con qué se come?

Imagínate a un niño de 7 años escuchando esa palabreja por parte de una figura de autoridad.

Era la época de las Olimpiadas en México, de la llegada del hombre por primera vez a la luna. O sea que desde entonces, ya llovió.

Bueno, para no hacerte el cuento más largo, después supe que lo que quiso decir es que yo era un tanto lento, a veces hasta indolente para seguir el ritmo de los demás. Es decir, traía un ritmo de aprendizaje diferente al de resto.

Y no, no tenía ni dislexia, ni autismo ni ninguna de esas cosas con las que ahora etiquetan a los niños.

Ahhh… cómo los adultos disfrazan con palabras rebuscadas algo tan simple para que un niño, en este caso yo, no supiera de qué hablaban.

En fin…

Y aunque pasaron los años, eso (lo de ser pachorrudo) poco cambió en mi vida.

Pero descubrí que en lugar de ser una desventaja, con el paso del tiempo se convirtió en una gran ventaja.

Verás…

Ya en la universidad, con frecuencia los profesores nos encargaban investigar por equipos algún tema y, en una fecha determinada, teníamos que hacer la presentación de los resultados en el salón ante el grupo.

Recuerdo que para nuestra investigación, nos reuníamos en casa de alguno de nuestros compañeros para preparar y coordinar la mentada presentación y, al menos yo, al principio era el que menos participaba… como que me aislaba un poco de los demás mientras veía cómo organizaban la información para la presentación… tal como me comportaba cuando estaba en primero de primaria.

O sea, de nuevo me comportaba un poco… pachorrudo.

Y cuando ya estaba casi todo listo, era cuando yo entraba en acción

Me daba cuenta de inconsistencias en la investigación, en la presentación… en muchos detalles… y por supuesto, aunque mis compañeros y compañeras me miraban con ojos de no sé qué, les terminaba diciendo que teníamos que rehacer buena parte del trabajo.

Así era yo… bueno… sigo siéndolo de alguna manera… ya sabes… un poco calmado o indolente, o como prefieras llamarlo…

Soy de los que en determinados momentos, prefiere tomar distancia para ver el gran cuadro antes de formarme un criterio sobre algo o de tomar una decisión importante.

Y aunque ya no soy taaaan pachorrudo, ahora soy un poco más ágil en mi toma de decisiones.

¿Y tú de qué estilo te consideras?

¿Eres de los que saltan de inmediato al ruedo y van e intentan tomar directamente al toro por los cuernos a riesgo de que antes te coja o te de una cornada?

O…

¿Eres de los que ven primero los toros desde la barrera y luego deciden si brincan o no al ruedo?

Por supuesto que podemos tener de ambos estilos, sin embargo, generalmente habrá uno que predomine.

Te leo…

¡Se curioso, sigue aprendiendo!

Rafa Bravo

Autor bestseller y fundador de:

P. D.

Da igual si eres de un estilo o del otro, pero si eres de los que prefieren ver primero de qué va la cosa antes de dedicar tiempo y dinero en la compra y lectura de libros, entonces la membresía de Resumen Inteligente te queda como anillo al dedo

P. P. D.

Por cierto, en algún momento de la próxima semana te daré una noticia importante que posiblemente vaya a ser de tu interés. No te doy más detalles pero tiene que ver con esa re-estructuración de la que te di pistas en un mensaje anterior, y también con el enfoque de este boletín que te estoy enviando.